El Instituto Olivares fue fundado en 1917 por Don José María Olivares, nacido en Cádiz pero criado desde su primera infancia en Argentina, más precisamente en Chacabuco, provincia de Buenos Aires. En 1917, José María Olivares se radicó junto con su familia de ocho hijos en Capital Federal e inauguró el Instituto Olivares, una institución dedicada a recibir dictado de escritos por dactilografía y a difundir en Argentina el método Olivares de taquigrafía silábica.

Con los años fueron sumándose al Instituto Olivares otras actividades gracias a la innovación tecnológica. De esta época datan las copias por contraste, que eran copias de originales elaboradas mediante un proceso fotográfico con revelado, lavado y secado de cada copia, lo cual llevaba tiempo y daba como resultado las conocidas copias de fondo negro y letras blancas.

Alrededor de los años 1930 y 1940 se integraron al Instituto Olivares distintos hijos de José María Olivares: Raúl, Sergio y Jorge Olivares. Al mismo tiempo se abrieron varias sucursales y se incorporaron actividades adicionales, como las traducciones. Con el objeto de diferenciarse de otras casas que ofrecían copias de todo tipo, el Instituto Olivares empleó Peritos Calígrafos, quienes autenticaban las copias dando fe de ellas respecto de sus originales. Tales Peritos posteriormente fueron reemplazados por Escribanos Públicos, quienes certificaban y certifican estas copias en el momento, lo cual permite imprimir celeridad al trámite.

Con el transcurso del tiempo, el Instituto Olivares se consolidó en su casa matriz de Uruguay 580. En la actualidad, el Instituto es dirigido por los nietos de José María Olivares: el Ing. Diego María Olivares y el Arq. Hernán María Olivares.